El ornitorrinco: un animal simplemente perfecto

"No tengo fe en la perfección humana. El hombre es ahora más activo, no más feliz, ni más inteligente, de lo que lo fuera hace 6000 años."
Edgar Allan Poe .
Ya lo dijo el tito Poe: no somos perfectos. Sin embargo, la perfección esencial tiene mil facetas y se manifiesta, como la Belleza bajando de los cielos e impregnando las esculturas griegas que decía Plotino, en criaturas que tienen rasgos de ave, reptil y mamífero en un elaborado copy & paste de la evolución, como cuando hacíamos en el cole palabras divertidas pegando letras recortadas de distintos periódicos. Empezaremos soltando, como quien no quiere la cosa, el dato más interesante: los machos de ornitorrinco, que son más australianos que ibéricos, tienen un "doblepene", una pilila de dos caras, como el dios Jano Bifronte romano, de los comienzos y los finales. Y es que tales animalitos, variopintos como todo lo de Oceanía (véase el kiwi, el embajador del reino Vitaminia C), hacen complicados cortejos nupciales que darían envidia a los cisnes del famoso Lago, no precisamente porque sepan ballet, sino porque, con el pico del señor ornitorrinco sujetando la cola palmeada y castoril de la hembra amada, dan vueltas en círculo de manera romántica. Un "volteo", como se suele decir en la jerga popular.

¡Leche materna!
Sí, estimado lector, pero no de tetrabrick. Además de ovíparos son lactantes o galactívoros, o como se denomine a este tipo de seres ecléticos y casi alienígenas. Los ornitorrinquitos junior, haciendo su sonido característico (¿croac?), intentarán aferrarse a su madre con todo lo que conlleva (además de perder unos cuantos pelos). Lo curioso es que sólo tienen que lamer a su progenitora como si de una piruleta se tratase, ya que no tienen mamas como tal. Son más bien planas, pero sin complejos, aunque poco puedan hacer para defender sus queridos hijuelos más que cubrirlos con todo su cuerpo. En cambio, los aguerridos machos disponen totalmente gratis de un espolón de las rodillas hinchado con burbujeante veneno, de tal calibre que puede "atontar" a un ser humano que pase por ahí bastante tiempo. Y decimos "aguerridos" porque, como los hombres de la Humanidad se abalanzan entre sí por las damas más imponentes (el pan de cada día), los olímpicos ornitorrincos se pegan con garfios ponzoñosos en época de celo, por la doncella que libremente debe dejarse aparear por ellos de forma obligatoria.

Podemos decir que el ornitorrinco le ganó la partida a las cartas a la selección natural. Mientras nos saluda con sus patas-aletas, intenta recordarnos que hace sesenta millones de años, a ojo de buen cubero, apareció por la zona que hoy sería Argentina. ¿Explicará eso su perfección, amigos argentinos? Desde su cúspide darwinista, estos seres nos contemplan sonrientes a los mamíferos inferiores y se preguntan qué motivos tenemos para aseverar hasta la pataleta que nuestra asombrosidad es más amplia que la suya.

Adjuntamos algunos filmes del Youtube sobre tan extrañas criaturas.
Las partes del ornitorrinco:
Las partes del ornitorrinco:
Experimento científico donde vemos un cortejo:
Webs Amigas:
-Los Animales Domesticos
-Venta de Cachorros y perros
-Juegos de Perros y Cachorros
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